El rendimiento de la carrera a pie de un triatlón, como cualquier otra disciplina de resistencia, depende de nuestra capacidad de recorrer la distancia de la competición en el menor tiempo posible. A priori, esta premisa implica mantener el ritmo más alto posible durante toda la carrera. Pero no competimos solos; a veces tenemos que responder a cambios de ritmo de otros competidores o luchar por una posición en los metros finales, lo que exige no sólo ritmo, sino también velocidad terminal, una cualidad que requiere un trabajo específico
Muchos consideran a los cien metros lisos la prueba reina del atletismo, por ser la máxima expresión de la velocidad pura. En el triatlón, algunos de los momentos inolvidables están relacionados con finales apretados donde todo se juega en los últimos metros. Quizá uno de los momentos más emotivos de la historia reciente del triatlón sea el sprint final entre Jonathan Brownlee y Javier Gómez Noya en la Gran Final del Mundial 2013 en Londres. El título no sólo se decidió en esa Gran Final, sino que lo hizo en los últimos metros con un sprint agónico que se decantó finalmente del lado del español.
La velocidad es una cualidad que no sólo nos permite ser más rápidos en los metros finales, sino más económicos a lo largo de toda la carrera, aspecto también muy interesante en las pruebas de fondo. Sin embargo, la velocidad no es una capacidad única en sí, sino el resultado de una suma de capacidades entre las que juega un papel fundamental la fuerza. Existen una serie de manifestaciones de la velocidad. Sin embargo, como triatletas, en el sector de carrera nos interesan fundamentalmente:
Velocidad específica
Es la capacidad que nos permite adaptarnos a la velocidad necesaria durante la competición (se denomina también ritmo medio). Es susceptible de mejora con el entrenamiento con métodos interválicos y continuo medio.
Resistencia a la velocidad
Es la capacidad que nos permite mantener una velocidad máxima durante el mayor tiempo posible. Es una cualidad de alta entrenabilidad con repeticiones de alta intensidad de muy corta duración.
Velocidad resistencia
Es la capacidad que nos permite mantener en el tiempo una velocidad submáxima. Es de alta entrenabilidad con repeticiones de alta intensidad y duración media.
DIRECTRICES PARA EL ENTRENAMIENTO DE VELOCIDAD
La carrera a pie del triatlón se enmarca dentro de un deporte de resistencia, luego la velocidad es una cualidad que debemos trabajar y desarrollar siempre relacionándola con la resistencia.
Metodológicamente utilizamos tres niveles del desarrollo de la velocidad:
VEL. BÁSICA >VEL. ESPECÍFICA>VEL. COMPETITIVA
1. VELOCIDAD BÁSICA
Se desarrolla durante la preparación de base, en sus dos vertientes: velocidad máxima, con repeticiones muy cortas (entre 8 y 15 segundos), con trabajo previo de fuerza, para aumentar nuestra eficiencia como corredores; y la velocidad de base, con repeticiones medias de intensidad superior al ritmo de la prueba (por ejemplo 10x400 para un triatleta de distancia olímpica o sprint).
2. VELOCIDAD ESPECÍFICA
Se desarrolla durante el período de preparación específica, a la misma velocidad que es nuestro objetivo en la competición, con repeticiones en tramos fraccionados (por ejemplo, 8x1000 para un triatleta de distancia olímpica).
3. VELOCIDAD COMPETITIVA
Se desarrolla durante el período competitivo, donde se simulan las situaciones que se van a encontrar en éste, y se trabajan tres aspectos fundamentales:
-Velocidad específica, pero en tramos cercanos a la distancia de la competición (por ejemplo, 7 km a ritmo para un corredor de distancia olímpica).
-Cambios de ritmo sobre la velocidad específica (por ejemplo, 5 km a ritmo, con 150 metros cada km 10 segundos por debajo del ritmo medio).
-Velocidad terminal, que nos permite correr lo más rápido posible en situaciones de extrema fatiga (al final de una competición) (por ejemplo, 8x1,5 km con 1km a ritmo 500 m progresivo hasta el máximo).
