Hola hijo, soy papá.
Todavía eres muy pequeño y aunque ya lees bastante bien para tener cuatro añitos, hasta dentro de un tiempo no entenderás bien lo que papi te va escribir.
De hecho, si lees esta carta a lo largo de tu vida, probablemente cada vez la entenderás de una manera diferente.
Con tu sonrisa, con tus palabras y tus abrazos…Cada día de tu vida has hecho que tu padre sea más y más feliz, pero hoy, porque como bien sabes “papá trabaja con sus bicis y todas esas cosas del deporte”, me has enseñado mucho hijo mío.
Te doy las gracias porque ya, pase lo que pase en adelante, me has demostrado que eres un gran deportista…y eso es algo que también me hace especial ilusión.
Corren tiempos en los que algunos padres insisten con demasiado interés en que sus hijos lleguen al negocio del deporte, o que se sobreentienda que por ser hijo de deportistas, eso ya implica que seguirás los pasos de tus padres.
No hijo no, tu vida es tuya, ese fue nuestro regalo y ahora tú… vívela como desees.
En casa y en nosotros siempre encontrarás la oportunidad de jugar a lo que quieras y por supuesto, al ritmo y el tiempo que desees.
A mamá y papá nos encantará que te hagas amigo del deporte, que sea uno de los mejores momentos de cada día, que aprendas que de una manera divertida podrás llegar a lugares maravillosos y que tu espíritu será más libre y poderoso si el deporte te acompaña a lo largo de la vida.
Papá no espera que compitas por obligación en nada, ni que ganes lo que él ni quiso ni pudo. Quien quiera tener un campeón en casa…que se ponga él a entrenar.
Sólo deseo que sigas siendo tan buena persona como eres y que el deporte, como has sentido hoy y de la manera que me lo has contado, nunca deje de ser un juego que siempre te haga feliz.
Nunca voy a olvidar la cara de ilusión ni tu inmensa sonrisa al enseñarme tu primera medalla, y menos aún, cariño mío, nunca voy a olvidar la forma en la que me has contado lo que para ti ha sido participar en una carrera: "Papá, éramos muchísimos niños, corríamos todos juntos a toda velocidad, gritando y riendo sin que nadie nos regañara. Yo…ha habido un ratito en el que me he cansado un poco y he dejado de correr. He visto a mamá y a los abuelos, y les he saludado. Luego ya he vuelto a correr otro rato y… ¿Sabes qué papá? Al llegar a la meta me han dado una botella de agua de color rosa y mira... ¡Esta medalla! Ya sé porque te gustan tanto las carreras papi, son divertidísimas".
Ojalá amor mío, siempre vivas el deporte así, porque te ayudará a ser inmensamente feliz, como a papá y a mamá.
Vive tu vida y aprovecha todas las buenas oportunidades que te ofrezca. Hazte fuerte con el deporte, aléjate de todo aquel que pretenda hacerte ver que esto no es más que un juego maravilloso, y contagia a todos con tu inmensa energía y con tu felicidad.
Papá siempre estará muy orgulloso de ti y de tu hermana, porque jugando con vosotros me recordáis cuál es la esencia de todo esto y, como dice esa canción que tanto os gusta, desde que estáis en mi vida… me habéis hecho mejor, mejor de lo que era.