El Triatlón es un deporte que día a día gana practicantes y popularidad entre los deportistas. Este conocimiento paulatinamente mayor de nuestro deporte, no evita que, por desconocimiento, existan algunas falsas creencias en relación al material, sistemas de entrenamiento, nutrición y otros factores que tengan que ver con la mejora de nuestras prestaciones en una prueba de Triatlón, que además de no aportarnos grandes beneficios se quedan muy lejos de ser una verdad y, sobre todo puedan hacer pensar a cualquier persona que el Triatlón es un deporte demasiado complejo o exigente para un deportista aficionado con mucha ilusión y poco tiempo.
El ciclismo, es el segmento menos importante en pruebas con “drafting”.
En 1994 el Triatlón fue incluido en el programa olímpico y en los JJOO de Sidney 2000 nuestro deporte empezó a despegar. Esta inclusión en el programa olímpico supuso un cambio en la reglamentación que permite el “drafting” (ir en pelotón) en el segmento ciclista. Hasta 1995 el Triatlón había sido un deporte en el que cada triatleta luchaba consigo mismo, además de por un puesto en la clasificación general. En el segmento ciclista estaba prohibido ir a rueda de otro triatleta, convirtiéndolo en un deporte en el que los tres segmentos tenían una importancia crucial para el resultado final. Este cambio en la reglamentación hizo que se modificara sustancialmente la importancia de este sector y la forma de afrontarlo y entrenarlo.
Lo más habitual en los triatlones de distancia olímpica, es ver a los triatletas saliendo del agua de uno en uno o con pequeñas diferencias para, posteriormente agruparse en el sector de bici y rodar, más o menos juntos, en uno o varios grupos que se mantienen inalterables hasta la segunda transición.
Por ello, el sector ciclista se ha convertido, en el menos importante, si tenemos en cuenta sólo el resultado final del triatlón. Sin embargo, si consideramos otros factores, podemos ver su importancia real y seguir dándole la importancia que se merece en nuestros entrenamientos.
Por una parte, el ciclismo, es el deporte ideal para desarrollar la resistencia de base, con entrenamientos de larga duración y baja intensidad, con un gesto cíclico, pero sin impactos contra el suelo, por lo que es poco lesivo. Por otra, no debemos olvidar que el sector en el que se decide el resultado final del triatlón, es la carrera, pero una carrera atípica, ya que se inicia con una fatiga previa importante. Pues bien, cuanto mejor sea nuestro nivel en ciclismo, obviamente esa fatiga de rodar pelotón durante una hora a velocidades altas será menor, con lo cual aumentará nuestro rendimiento en la carrera a pie. Por lo tanto, uno de los objetivos del entrenamiento del ciclismo en el triatlón debería ser economizar al máximo la energía metabólica utilizada y la fatiga neuromuscular (para ello se debe utilizar una cadencia óptima, que varía de un triatleta a otro) con el objetivo de conseguir correr a un nivel lo más alto posible.
El traje de neopreno solo sirve para evitar el frío
El origen del traje neopreno en el segmento de natación de un triatlón, fue la protección de los deportistas contra el frío. Estos trajes están formados de neopreno de distintos grosores para las diferentes partes del cuerpo. Su uso está delimitado por el reglamento, de forma que en función de la temperatura del agua y del ambiente, los oficiales de la prueba designarán su uso como prohibido, obligatorio u optativo. Cuando en un triatlón su uso es optativo, la mayor parte de los triatletas lo usan, y no es sólo por la comodidad de nadar sin frío, sino por la ventaja que aporta en el tiempo invertido en recorrer el segmento de natación.
El traje de neopreno además de protegernos del frío y darnos un poco más de seguridad cuando somos novatos, aumenta la flotabilidad y la fuerza de sustentación por las características del material, lo que hace que disminuya la fuerza de arrastre y por lo tanto se produzca una mejora de tiempo para un mismo recorrido.
El uso del traje de neopreno hace que los peores nadadores mejoren más su rendimiento que los buenos nadadores dentro del triatlón. Es decir, se “iguala” la natación de los competidores, ya que al mal nadador lo coloca en una posición mucho más hidrodinámica de la que él suele llevar habitualmente, con lo cual se igualan las fuerzas de arrastre generadas. Un buen nadador tenderá a llevar habitualmente una posición mejor, por lo que no se beneficiará tanto de este incremento de flotación.
Se estima que el uso de traje de neopreno permite a los triatletas nadar un 5% más rápido aproximadamente, lo que equivale a 4-6 segundos por cada 100 metros, lo que influirá directamente en un ahorro energético.
Trabajo de fuerza incompatible con el trabajo de resistencia
De sobra es sabido que el triatlón es un deporte de resistencia, en donde el trabajo de fuerza-resistencia tiene una importancia vital. Cada vez se hace más evidente la necesidad de complementar el entrenamiento específico en la piscina, sobre la bici o corriendo, con un trabajo adicional y específico de fuerza, no sólo para mejorar nuestro rendimiento, sino también para evitar las lesiones.
En un principio, se reservaba este trabajo específico para las primeras semanas de la temporada. Sin embargo, actualmente se considera beneficioso, introducir sesiones de gimnasio, sobre todo para trabajar la fuerza-resistencia a lo largo de toda la temporada y la fuerza máxima, en momentos puntuales, según la planificación del triatleta.
Pero no todos los triatletas desarrollarán la fuerza específica para su especialidad dentro del triatlón con los mismos cimientos, y dependerá de su experiencia, edad, nivel, objetivos, etc. Por otra parte, aunque objetivo final del entrenamiento de la fuerza en el triatlón será el de mejorar la capacidad de “Fuerza Resistencia”, antes de alcanzar este objetivo, el triatleta deberá superar una serie de etapas previas que deberían ser incluidas en la planificación con su periodización correspondiente: adaptación anatómica general (autocargas o cargas bajas), fuerza máxima: hipertrofia y coordinación intramuscular (cargas del 80-100% y entre 6 y 12 repeticiones) y fuerza-resistencia (se entrena con cargas media y bajas, 20-60% de la carga máxima)
Necesidad del mejor material para iniciarse.
El mundo del triatlón se caracteriza por la gran diversidad de material que necesitamos para poder practicarlo. Pero si nos vamos a iniciar en este deporte y realmente no sabemos si nos va a enganchar, no debemos de perder la cabeza en hacer una gran inversión inicial. Para nuestros primeros pasos en el triatlón, no necesitamos tener material tope de gama, nos bastará con que este en buenas condiciones. En natación son necesarias las gafas para orientarte y evitar irritaciones en los ojos. El traje de neopreno no es obligatorio y no es recomendable compararlo para tu primer triatlón, pues la inversión es muy elevada. Hay tiendas especializadas que los alquilan, en el caso de que sea obligatorio su uso el día de la prueba.
En triatlones populares o de iniciación, tampoco necesitas un mono de triatlón específico para tu primer triatlón, puedes nadar con un bañador y el segmento de ciclismo y natación realizarlo con una camiseta de tirantes. Para el segmento de ciclismo, nos bastará una bicicleta que esté bien ajustada a nuestras medidas, de esta forma evitaremos lesiones y obtendremos un óptimo rendimiento con ella. Además del casco, que es siempre obligatorio por nuestra seguridad. Y para correr, con unas zapatillas de gama media de entrenamiento será suficiente, puedes sustituir los cordones convencionales por unos elásticos (puedes comprar las gomas en una mercería), de esta forma simplificaremos en dificultad y tiempo la acción de calzarnos y salir a pedalear o correr.
Entrenar todos los días los tres deportes.
Existe la falsa creencia de que si eres triatleta debes entrenar todos los días los tres segmentos. Quizá los triatletas profesionales lo hagan, pero nuestro objetivo es disfrutar de nuestro deporte y beneficiarnos del entrenamiento cruzado en el Triatlón, el cual nos permitirá mejorar una disciplina a través del entrenamiento de las otras dos. Todo lo que hagamos en cada una de nuestras disciplinas, traerá beneficios en las otras dos. El entrenamiento de triatlón, tiene una gran ventaja y es que contamos con tres disciplinas, que lejos de molestarse se complementan, y esto hace que además sea tan ameno y divertido.
Con el entrenamiento cruzado aprovechamos cargas de una disciplina para realizar menos volumen o intensidad en otra obteniendo, entre otras ventajas, el mismo o mayor beneficio pero reduciendo tiempo, riesgo de lesiones,… Por ejemplo podemos realizar una sesión de ciclismo intenso por la mañana, en el rodillo y por la tarde hacer un rodaje de 40 minutos. O bien si el objetivo de la sesión, es una carrera a pie larga, podemos calentar en bici antes, sobre 40-50 minutos de rodillo y después salir a correr, sin necesidad de hacer tantos kilómetros a pie, que nos dejarán la musculatura y articulaciones más cargadas por el impacto.
Lo que queda demostrado es que a la hora de planificar el entrenamiento, debemos hacerlo de forma global, en su conjunto y no como tres disciplinas separadas. La principal ventaja del entrenamiento cruzado, si se aplica de manera correcta, es que con menos horas y menos kilómetros en cada una de las disciplinas, las mejoras son mayores, el riesgo de lesiones mucho menor y la evolución del deportista y de su proceso de entrenamiento, mucho más equilibrada.