Este año, el británico Chris Froome se ha consagrado como uno de los grandes ciclistas de la historia al conseguir ganar su cuarto Tour de Francia y proclamarse campeón de la Vuelta a España por primera vez tras quedar segundo en tres ediciones (2011, 2014 y 2016).
Ahora y tras este doblete, el corredor del Sky ha decidido posar completamente desnudo y hablar de su cuerpo para la serie "Sporting Body" de la sección de deportes del diario británico "The Times".
El propio Froome ha descubierto su destape en las redes sociales con una foto en la que aparece montado en su bicicleta y en la que se aprecian las heridas que sufrió tras su caída en la Vuelta.
En su entrevista con "The Times", Chris Froome ha reconocido que se siente "un poco ridículo cuando se mira al espejo" porque encuentra que su cuerpo está muy desproporcionado al ser muy delgado en la parte de arriba y tener unos muslos gigantes. Por ello, tiene claro que cuando se retire intentará ponerle remedio.
"(El ciclismo) es lo que conlleva, pero cuando me retire tengo ganas de ir al gimnasio y ejercitar los bíceps, ganar hombros para compensarlo un poco", aseguró Froome.
Además de la "curiosa" imagen, deja reflexiones y anécdotas muy interesantes...
Froome desvela que en las pruebas fisiológicas de 2015, su índice de grasa era de 9.8%, un dato que le llamó bastante la atención, ya que lo esperaba más bajo aún, pero él mismo sabe que si lo reduce pondría en serio su salud: “¿Qué pasaría con el sistema inmunológico?”, se pregunta.
“En pretemporada engordaré 5 ó 6 kilos. Porque ya no estaré entrenando seis horas al día. Me encantan los dulces. Después de algún gran esfuerzo, suelo comer algo de turrón. En alguna etapa muy dura como la del Galibier en el Tour, se pueden consumir hasta 6.000 calorías”.
También comenta que le encanta la sauna. De hecho, cuando está compitiendo en las grandes vueltas intenta planificar algunos días de sauna, especialmente si el tiempo es malo. “Si no sudo antes de un gran esfuerzo, las sensaciones que me transmiten mis músculos no son del todo buenas. Parece que están hinchados y llenos de líquido.
El martes después de la Vuelta, cuando llegó a casa, estuvo todo el día en la cama. “Sólo me levanté para desayunar. Fue agradable estar todo el día tirado en la cama, en casa, con mi hijo y mi esposa".
Respecto a la preparación mental añade: “No me da miedo el fracaso. Intento mantener una mentalidad muy positiva. Por ejemplo, en la subida al Angliru, estuve visualizando esos últimos kilómetros mucho tiempo, pensando que mis rivales también estarían al limite como yo".